Números (XXXI, 7-10) “Trabada la batalla contra los Madianitas, como los hubiesen vencido, mataron a todos los varones y a sus reyes Evi, Rece, Sur, Hur y Rebe, cinco príncipes de la nación; pasando también a cuchillo a Balaam, hijo de Beor. Y se apoderaron de sus mujeres y niños, y de todos los ganados y de todos los muebles; saquearon cuanto pudieron haber a las manos. Ciudades, aldeas y castillos, todo lo devoro el fuego.”
El anterior capítulo 31 lleva por nombre “el exterminio de los madianitas” mostrando una crueldad inmensa de temática común en el antiguo testamento. Si razonamos, nos podemos percatar, de que el fundamento básico en tales escritos pilares de la religión judaica, es el “odio”, muy diferente al nuevo testamento que nos muestra al amor como la base del perdón.
Nuestro párrafo introductorio es alusivo al surgimiento de Canaán, la tierra prometida por Jehová su Dios a los judíos. La aportación histórica de las sagradas escrituras, es sumamente valiosa, en ella narra los orígenes completos del “pueblo elegido por Dios”. Desde su formación hasta los actuales días, las vejaciones, violaciones y asesinatos selectivos, son sinónimo de la política exterior de tal nación y aclaro nación porque como Estado se formó hasta 1948, año en que la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU) optó por otorgarles los territorios palestinos, que supuestamente eran “justos” merecedores los judíos, sin importarle que estuviesen ocupados por millones de gentes, que vivían en paz y prosperidad.
La región de la media luna árabe, es decir Oriente Medio, se ha visto desequilibrada desde las incursiones hebreas a la zona, sanguinarias, ambiciosas, hambrientas de poder y dinero. Todo lo que toca tal estirpe provoca un desastre en las comunidades nativas de los lugares, si realizamos un juicio del daño que han
causado a lo largo de la historia, los resultados son catastróficos. Simplemente si investigamos, los denominados “filisteos” bíblicos habitaron primero Palestina, si leyó usted bien querido lector, la refiero así porque los judíos bautizaron esas tierras posteriormente con nombres nuevos, como Jerusalén o Canaán. Sin embargo eso no fue excusa para que la administración títere de los Estados Unidos de Norteamérica que es la ONU, propusiera la creación del estado israelita. Más que derecho natural, fue cuestión material y capitalista, la toma de dicha decisión.
Si observamos, en las diversas culturas, encontramos un malestar generalizado entorno a tal civilización, para asimilarlo es menester examinar a detalle las repercusiones del accionar hebreo, ¿cuál es la razón de ser tan odiados en el mundo?. Medito los eventos con mayor repercusión y ubicó cuatro puntos principales:
1.- El despojo Histórico de Palestina
2.- La muerte de Cristo a manos de los judíos
3.- El control de naciones extranjeras por medio del poder económico
4.- El nuevo holocausto de tiempos actuales en Palestina
El inciso uno lo hemos citado al principio de nuestro escrito, por otro lado, la muerte de Cristo achacada a los hebreos, los marcaría para siempre como encarnaciones del mal, ya que en el desarrollo de la fe cristiana y en el nacimiento de la Iglesia como institución, comúnmente se citaba el calvario sufrido por el Mesías a manos de su propio linaje, lo que horrorizaba al pueblo devoto, produciendo críticas que se volvieron plenamente de dominio público, como por ejemplo “el judío errante” o la inmortal frase “que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestra descendencia” aduciendo la escena en que Pilatos otorga la libertad acostumbrada a un reo y en la que el pueblo escogido elige a Barrabás en lugar de Jesús.
Para comprender como fue que esta raza sometió económicamente a los principales países, nos remontaremos a la última sublevación judaica contra la ocupación Romana en el año 70 D.C., en la que fue destruida toda la ciudad incluido el Templo de Salomón (cuyas ruinas en la actualidad son veneradas y conocidas como el muro de los lamentos), a raíz de ese terrible suceso se dispersan a lo ancho del globo terráqueo (muy pocos se mantuvieron próximos a Jerusalén) y gracias a sus grandes habilidades como comerciantes, lograron estrechar lazos con los pobladores natales de las ciudades a las que llegaban. En un principio dicha relación, era bien vista, ya que propiciaba ganancias económicas a la región por los vastos productos de tales mercaderes. Como nota agregare que su destreza comercial se debe a la gran hermandad con los de su sangre, ya que en cualquier lugar donde se ubican, se comunican con su gente, por ejemplo, en China podía vivir una comunidad Judía y cuando llegaba un hebreo “alemán” a comprar seda y demás utensilios, se le consideraba como “familia” no pagando alojo y dándole sustento en su viaje, es decir a cualquier sitio que llegase, tendría un apoyo, lo que facilitaba la labor comercial.
Sin embargo al arraigarse y reproducirse, las nuevas generaciones deseosas de conquista, empiezan a buscar el poder por medio del chantaje material y es así como a finales del siglo XIX los localizamos en posiciones elite, manipulando bancos, medios informativos, vías de comunicación, establecimientos comerciales, en una dimensión grandísima dominan Inglaterra, Alemania, Rusia, Polonia, Austria y Francia, constituyendo mas de nueve millones de judíos en Europa y en América se establecen en Estados Unidos. Los auténticos nacionalistas de los citados países, se encontraban plenamente indignados ante tal situación, ellos los habían acogido calidamente y ahora ellos los gobernaban gracias a títeres controlables que consentían sus intereses. No es sino hasta que un gobernante desafío esta estructura absurda, el Káiser Guillermo II de Alemania, ultra nacionalista, al darse cuenta de la situación, ordena una reestructuración de los capitales judíos en forma pacífica, pero estos a su vez responden con sus lacayos del Reichstag (parlamento y diputados corruptos como aquí en México, ¿no te suena esta historia querido lector?), prohibiéndole que hablara en el recinto.
El emperador germánico emparentado a su vez con el Zar Nicolás II de Rusia, decide aplicar la mano dura y armarse plenamente ante los desafíos que preveía. Su política de expansión en África y los grande recursos que obtenía, no eran nada bien vistos, por los hebreos ingleses y estos a su vez conspirarían en el asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria, sabientes que los alemanes la protegerían por considerársele "nación hermana" (ya que comparten misma raza e idioma) y así desencadenarían la primera gran guerra mundial y la destrucción de una nación como Alemania.
Este hecho generó un odio masivo entre los teutones, austriacos y simpatizantes con el Kaiser, esto es un factor clave, ya que Hitler austriaco de nacimiento, vivió en carne propia las injusticias del conflicto (fue herido de muerte y por su gran valor condecorado con la máxima distinción la Cruz de Hierro alemana), un resentimiento que nunca se olvidó y que se hizo sentir en su proceder previo a la Segunda Guerra Mundial, los alemanes se vengaron realizando el “holocausto judío” y asesinándolos por millones.
Sin embargo este pueblo hebreo sobrevivió al holocausto y su poder creció en demasía, sin límites dominado las esferas de la economía mundial, para colmo proclamando como excusa el genocidio de la S.G.M. y en base de sus ideólogos que incitaban el regreso a “la tierra sagrada” de Israel, eligen aplicar el plan Sionista (un método ambicioso de retomar su territorio histórico y conquistar el mundo). Es aquí donde nos ubicamos en nuestro punto número cuatro: El nuevo holocausto de tiempos actuales en Palestina que detallaremos por ser bastante extenso el próximo viernes nueve de junio.
Apreciados lectores, os deseo buena suerte y salud, no se pierdan la continuación de este artículo, clave para entender la Otra Historia, que los libros y maestros no se atreven a enseñar… Saludos.